Ese bosque, ese kiosco... Lo primero que me llamó la atención de esa foto fue la sombra y la luminosidad del sol sobre el bosque, que lo dividían en dos. La parte derecha de la foto con sombra y la izquierda iluminada, en medio un pequeño kiosco de coca-cola.
Todo esto me llevó a pensar en el kiosquero . ¿Qué le habría llevado a pensar que ese era un buen sitio para motar un kiosko? ¿quizás la luminosidad del sol cuando entra entre las hojas de los árboles y le refleja en la cara le dio a pensa que en algún momento alguien pasaría por allí y le compraría una coca-cola? Quizás si y quizás no, yo no lo sé, pero cada uno tiene una forma de pensar que lleva a hacer cosas increíbles y que ninguna otra persona se podría imaginar que se llegase a hacer, como en este momento, montar un kiosko de coca-cola en medio del bosque.
3 comentarios:
Uf, madre mía... este comentario es un síntoma inequívoco de todo lo que hay que cambiar.
Que un crío sólo se plantee el dilema de que exista un kiosko de coca-cola en mitad de la nada, de un país empobrecido, desde un punto de vista puramente comercial, creo que nos puede dar una idea de hasta qué punto nos han convertido en simples consumidores... ¡qué miedo!¡qué fuerte es el sistema!¡qué fácil extirpar el sentido crítico de nuestras mentes!
Menos mal que hay personas como tú que podrán mostrarle más opciones... ¡Ánimo, Cris! Este es el arduo, largo y duro camino, pero el más eficaz a largo plazo.
Tal vez no ha sabido expresar todo lo que siente... Quiero seguir pensando que aún podemos dar un giro a los pensamientos. ¡es difícil, pero no imposible!
Es alucinante como niños de 14 años pueden reflexionar sobre estas fotografías... A mí no me extrañan nada sus palabras, incluso las entiendo.
Cris, pequeña, de este experimento se pueden obtener conclusiones muy muy valiosas. ¡sigue adelante!
¡Cuenta no nosotros!
ves como si, sólo habia que darle un poco de tiempo para que la semilla germinara en ese instituto!!! Muchos besotes
Publicar un comentario