lunes, 25 de agosto de 2008

MIRA,MIRA,MIRA


13 comentarios:

Anónimo dijo...

No estoy segura, parece un taller "improvisado" de arreglos de calzado.
Es curioso porque la estructura de la techumbre, las cajas de madera, los taburetes... todo parece provisional y a la vez da la sensación de que todo llevase puesto en el mismo lugar mil años...
Me llama la atención el niño que trabaja mientras, el que parece su padre, observa.
Por cierto soy alimelusa.

Unknown dijo...

Me llama la atención el hombre y el niño que están sentados. ¿Qué observan? ¿lo que han dejado atrás? ¿lo que se aproxima? ¿pasado? ¿futuro?





PD: Ve por una rebequita por si refresca.

Anónimo dijo...

la mayoria de la gente mirando al suelo..esa carina del niño de la gorra la verdad es que impresiona...parece un mercado..esos tejados de madera parecen que se derrumban..la verdad es que entran escalofrios solo pensar que puede haber todavia esas condiciones de vida..

fdo:nenitamedusa..taluvio mamakarron!!

Anónimo dijo...

hola, las reinosanas también nos apuntamos al juego.
Nos parece un taller de reparación de calzado, por las distintas máquinas ( que parecen de coser )y el niño arreglando la zapatilla.

Unknown dijo...

me llaman la atención los niños, sobre todo el que tiene apoyada la cabeza sobre el regazo de su madre, no sé por qué quizá la expresión......NI UNA SONRISA en el "taller" es como si la rutina diaria sólo estuviera rota por el chico que cose la zapatilla...¿conformidad? ¿desánimo? ¿en espera de algún cambio?....

Anónimo dijo...

Oda a la pobreza
Cuando nací,
pobreza,
me seguiste,
me mirabas
a través
de las tablas podridas
por el profundo invierno.
De pronto
eran tus ojos
los que miraban desde los agujeros.
Las goteras,
de noche, repetían
tu nombre y tu apellido
o a veces
el salto quebrado, el traje roto,
los zapatos abiertos,
me advertían.
Allí estabas
acechándome
tus dientes de carcoma,
tus ojos de pantano,
tu lengua gris
que corta
la ropa, la madera,
los huesos y la sangre,
allí estabas
buscándome,
siguiéndome,
desde mi nacimiento
por las calles.

Cuando alquilé una pieza
pequeña, en los suburbios,
sentada en una silla
me esperabas,
o al descorrer las sábanas
en un hotel oscuro,
adolescente,
no encontré la fragancia
de la rosa desnuda,
sino el silbido frío
de tu boca.
Pobreza,
me seguiste
por los cuarteles y los hospitales,
por la paz y la guerra.
Cuando enfermé tocaron
a la puerta:
no era el doctor, entraba
otra vez la pobreza.
Te vi sacar mis muebles
a la calle:
los hombres
los dejaban caer como pedradas.
Tú, con amor horrible,
de un montón de abandono
en medio de la calle y de la lluvia
ibas haciendo
un trono desdentado
y mirando a los pobres
recogías
mi último plato haciéndolo diadema.
Ahora,
pobreza,
yo te sigo.
Como fuiste implacable,
soy implacable.
Junto
a cada pobre
me encontrarás cantando,
bajo
cada sábana
de hospital imposible
encontrarás mi canto.
Te sigo,
pobreza,
te vigilo,
te acerco,
te disparo,
te aislo,
te cerceno las uñas,
te rompo
los dientes que te quedan.
Estoy
en todas partes:
en el océano con los pescadores,
en la mina
los hombres
al limpiarse la frente,
secarse el sudor negro,
encuentran
mis poemas.
Yo salgo cada día
con la obrera textil.
Tengo las manos blancas
de dar pan en las panaderías.
Donde vayas,
pobreza,
mi canto
está cantando,
mi vida
está viviendo,
mi sangre
está luchando.
Derrotaré
tus pálidas banderas
en donde se levanten.
Otros poetas
antaño te llamaron
santa,
veneraron tu capa,
se alimentaron de humo
y desaparecieron.
Yo te desafío,
con duros versos te golpeo el rostro,
te embarco y te destierro.
Yo con otros,
con otros, muchos otros,
te vamos expulsando
de la tierra a la luna
para que allí te quedes
fría y encarcelada
mirando con un ojo
el pan y los racimos
que cubrirá la tierra
de mañana.

De Pablo Neruda.

MBC dijo...

Cadenciosos trabajos manuales en improvisados y eternos cobertizos en las aceras, obligados por la necesidad de recuperar los pocos vestidos que cubren sus cuerpos, los únicos zapatos que protegen sus pies...
Parsimonia de un trabajo imprescindible, sin la urgencia del consumismo; necesidad de reparar lo ajado para vestir dignamente, necesidad de trabajar sin contabilizar grandes márgenes de beneficios, sin pluvalías, para seguir poniendo un plato de comida en la mesa...

MBC dijo...

¡Qué bueno!he hecho el comentario sin mirar lo que ya habían puesto para no "contaminar" inconscientemente mis impresiones con las del resto de los comentarios y ahora veo que alimelusa y yo hemos pensado prácticamente lo mismo... interesante... estoy deseando leer tus impresiones, cris... me encanta este juego. muy buena idea :)

Anónimo dijo...

Que curioso, ayer por la tarde, tras remirar la fotografía pensé otras cosas, entre ellas que parece que hemos inventado hace dos días el reciclaje, la reutilización... y en realidad es que lo habíamos olvidado, nos ha invadido el "usar y tirar", y recordé los maceteros de latas de aceite, los costureros de caja de galletas, la cinta aislante negra que envolvía mi nancy (lo cual le daba un aspecto sadomaso), el afilador y su melodía y como no me acordé de mi suegro y su taller de reparación de zapatos, el olor a cola y a betún...
y además quiero añadir que también mi fijé en el niño que descansa en el regazo de la que yo creo que es su abuela (yo y mis películas) y creo que está aburrido de esperar (como cuando era niña y mi madre esperaba turno en el mercado de abastos, o como cuando te querías bañar y tenías que esperar dos interminables horas, vacías y eternas) bueno pues después de solidarizarme con él me fijé que su madre (yo creo que es la chica de azul) esperaba a que terminasen el encargo.
¿hace tanto que no espero?...

¡aquí se lo dejo! me paso luego...
¿a que hora lo tendrá listo?
por favor avíseme por teléfono cuando esté...
prisa, prisa, prisa...
soy alimelusa y quiero volver a ser paciente...
como si no podré convencer a Celia de esperar las dos horas de la digestión...
y para maida un beso y que me encanta encontrar puntos en común, ahora a esperar que nos cuenta la pequeñaja de mi hermana que me tiene muy intrigada...

¡ Laura ! dijo...

A veces parece que no he estado aquí, que esta realidad no me pertenece, y sin embargo también la he palpado, aunque.... aquí hemos estado nosotro? aún no estoy segura... arreglo, parches,... cosas viejas reutilizadas... aprovechamiento... signo de que no hay para más.. y aún así s eve tanta pobreza... sin embargo hay algo en este conjunto que me inspira tranquilidad, armonia, rutina, un día a día resignado.

Anónimo dijo...

Todo es esencia y vida en ese mercado de madera..El objeto más inutil a nuestros ojos parece ser necesario..Dónde hemos ido a parar..el mundo consumista en el que vivo me hace olvidar que todo puede ser reparable y reutilizado..(y qué facil es caer en la tentación..)
Marina

Sira dijo...

(esquina derecha superior)"SE ACEPTAN RECLAMOS", asi de claro. Ni recibo, ni prueba de compra ni nada, si no estas satisfecho con el trabajo que te hice, reclamas y listo!
En nuestros paises desarrollados, se te pierde el maldito papel escupido por una maquina cuando pagaste y aunque tan solo hayan pasado un par de horas desde que compraste o arreglaste lo que sea y la piva se acuerde perfectamente de tu cara, olvidate que te jodiste!

Tania B.S. dijo...

Más vale tarde que nunca para jugar, no?.
Es el quehacer diario distinto al nuestro, al de nuestro mundo. Parece serlo entresijos de un mercado tan diferente al que estamos acostumbrados que cuesta reconocerlo. En mi estancia en Nicaragua llegó a dejar de sobrecogerme ver a los niños trabajar, y al observar esta foto en las distancia me vuelve a impresionar (aunque este sea mayor).